Diario de Galicia.

Mi obsesión por los diarios personales no sé de dónde me viene. Durante muchos años escribía a diario en una libreta las cosas que necesitaba contar a alguien, pero mi carácter discreto y reservado de algún modo me invitaba a contármelo únicamente a mi.

No necesariamente, pero el hecho que desde la adolescencia -momento en el que empecé a escribir- empezara a obsesionarme también en llevar una cámara para tener recuerdos de todas las cosas que con amigos o familia hacía, tenía cierta relación. Sin palabras, sólo con imágenes, al cabo de los años e imágenes acumuladas, iba teniendo también un diario. Menos detallado, pero más evocador. Y, sobretodo, más fácil.

Página del diario de Galicia
Imagen del diario de Galicia

Sea como sea, llegó internet, me salieron canas, perdí la virginidad (no recuerdo el orden) y con un descomunal flash-forward me planté en 2014 con una idea que -aún no sé porqué- no se me había ocurrido hasta entonces: Juntar ambas versiones de diarios.

El de Galicia fue el primero. Sincero y sentido. Y público. Completamente público. Esto es algo difícil de explicar a quienes no acaban de comprender que algo tan personal sea expuesto a ojos ajenos. Pero por resumirlo de algún modo, puede ser la eterna necesidad humana de compartir. Porque una cosa que no se comparte no tiene vida. Y a mi me encanta la vida.

Si le quieres echar un vistazo, sólo tengo dos premisas: Pasa las páginas por orden. Y lee con calma. De otro modo, no vale la pena mirarlo.

Para más comodidad, una vez cliques en una imagen, se puede ir avanzando con las teclas derecha o izquierda para retroceder. Aquí el link.

Y si lo quieres descargar como PDF, pulsa aquí.

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